El 2013 fue el año de Anabel Angus: condujo el espacio de espectáculos de Telepaís, refrescó la pantalla en La Revista y se consolidó a escala nacional como presentadora del reality de imitadores Yo me llamo. La ‘niña mimada’ de Unitel va cuesta arriba y no está dispuesta a disminuir la marcha, aunque tenga que hacer muchos sacrificios en su vida personal. Anabel trabaja durísimo, la gente la quiere y ella lo sabe.
¿En qué se traduce tu éxito?
En los seguidores. Somos pocas las personas que tenemos la bendición de hacer lo que nos gusta, y que encima te paguen y admiren por eso. Laboralmente se me abrieron muchas puertas, fue un año maravilloso.
Una prueba del cariño de los televidentes es el ‘arrastre’ que tenés en Facebook
En mi cuenta personal tengo 1.000 amigos y en mi página oficial voy por los 14.000 seguidores, pese a que no la muevo como debería por falta de tiempo. Sé que hay varias páginas con mi nombre, cosa que me emociona pero también me asusta, porque hablan por mí e involucran a mi pareja en los estados de Facebook. A veces me da miedo estar tan expuesta, pero no creo que sea malo recibir el apoyo de tanta gente.
¿Has tomado alguna acción al respecto?
He hecho todo. Denuncié las páginas, escribí a los administradores e intenté impulsar mi sitio oficial, pero las otras se actualizan hasta 25 veces al día y yo jamás voy a poder hacerles frente.
¿Usás las redes sociales como un parámetro?
Creo que Facebook es la mayor fuente de retroalimentación. Me gusta recibir críticas, aunque me traumaticen. No todos los comentarios son lindos, algunas veces me han ‘acribillibado’ por mis looks, cuando lo que intentaba era imponer moda.
En 2013 también apareciste en varias campañas publicitarias...
Trabajé como embajadora de Kotex y de Pantene, y además represento a Tigo en las ferias a escala nacional. Fue un año muy lindo, comercialmente hablando, aunque debo admitir que no vi las ganancias porque las invertí: compré mi lote y lo embardé. Ahora tengo ‘gastos de mamá’.
¿Qué fue lo mejor de tu año?
Volver a la pantalla nacional, demostrar que soy capaz de hacer entrevistas, de estar informada. Todo el año defendí mi lugar como periodista y fue muy difícil. Dormía 5 horas al día, hacía tres programas, elegía tres atuendos diferentes y tenía que estar siempre lúcida. Después de tantas horas con micrófono, encerrada en un estudio, mis ideas no conectaban. Trabajaba cerca de 13 horas al día y los fines de semana tenía que cumplir con los compromisos comerciales, al punto que dormir se convirtió en un lujo. Fue un año de mucho sacrificio, de ver poco a mi familia. Mi novio se convirtió en una ‘pareja de fin de semana’, pero al recibir el cariño del público, te das cuenta de que todo vale la pena.
¿Algo cambiará para este año?
Voy a seguir con este ritmo y desde marzo espero volver al horario estelar.
¿Con Yo me llamo?
El proyecto aún es una incógnita. Me motivo pensando que este es mi momento, aunque tenga que postergar cosas como ir al gimnasio o empezar un masterado. Quisiera estudiar Educación Superior, como mi papá.
¿Has pensando en diversificar tu labor como periodista?
Hice periodismo digital en un diario local y me fue bien, pero comprobé que no puedo estar quieta. Me gustaría hacer radio en algún momento.
¿Y los noticiarios?
Desde niña quise presentar noticias, pero estando aquí veo que es más difícil de lo que parece. Todavía no es mi momento... si necesitaba madurar para hacer La Revista, necesito madurar mucho más para presentar noticiarios, y eso los años te lo dan. Quiero merecer mi asiento en el noticiario
Con los pies sobre la tierra. Comunicadora social de profesión, es hija de Ignacio Angus y Mitel Arza. Tiene dos hermanos, Maribel (17) y Jorge (10) y hace 6 años que enamora con Roberto Zicarelli
Adicta al trabajo
Además de presentar el sector de espectáculos de Telepaís, Anabel trabaja detrás de cámaras: redacta los sellos que aparecen en pantalla. También hizo notas para La Revista.
Va a estar presente en la cobertura del carnaval cruceño, pero antes viajará a Estados Unidos. Estará fuera de las pantallas desde el 18 de enero hasta el 10 de febrero.
Lleva 11 años trabajando en Unitel. “Otros medios me han hecho propuestas económicas más grandes, pero uno no deja a sus papás así nomás”, dice convencida.
¿En qué se traduce tu éxito?
En los seguidores. Somos pocas las personas que tenemos la bendición de hacer lo que nos gusta, y que encima te paguen y admiren por eso. Laboralmente se me abrieron muchas puertas, fue un año maravilloso.
Una prueba del cariño de los televidentes es el ‘arrastre’ que tenés en Facebook
En mi cuenta personal tengo 1.000 amigos y en mi página oficial voy por los 14.000 seguidores, pese a que no la muevo como debería por falta de tiempo. Sé que hay varias páginas con mi nombre, cosa que me emociona pero también me asusta, porque hablan por mí e involucran a mi pareja en los estados de Facebook. A veces me da miedo estar tan expuesta, pero no creo que sea malo recibir el apoyo de tanta gente.
¿Has tomado alguna acción al respecto?
He hecho todo. Denuncié las páginas, escribí a los administradores e intenté impulsar mi sitio oficial, pero las otras se actualizan hasta 25 veces al día y yo jamás voy a poder hacerles frente.
¿Usás las redes sociales como un parámetro?
Creo que Facebook es la mayor fuente de retroalimentación. Me gusta recibir críticas, aunque me traumaticen. No todos los comentarios son lindos, algunas veces me han ‘acribillibado’ por mis looks, cuando lo que intentaba era imponer moda.
En 2013 también apareciste en varias campañas publicitarias...
Trabajé como embajadora de Kotex y de Pantene, y además represento a Tigo en las ferias a escala nacional. Fue un año muy lindo, comercialmente hablando, aunque debo admitir que no vi las ganancias porque las invertí: compré mi lote y lo embardé. Ahora tengo ‘gastos de mamá’.
¿Qué fue lo mejor de tu año?
Volver a la pantalla nacional, demostrar que soy capaz de hacer entrevistas, de estar informada. Todo el año defendí mi lugar como periodista y fue muy difícil. Dormía 5 horas al día, hacía tres programas, elegía tres atuendos diferentes y tenía que estar siempre lúcida. Después de tantas horas con micrófono, encerrada en un estudio, mis ideas no conectaban. Trabajaba cerca de 13 horas al día y los fines de semana tenía que cumplir con los compromisos comerciales, al punto que dormir se convirtió en un lujo. Fue un año de mucho sacrificio, de ver poco a mi familia. Mi novio se convirtió en una ‘pareja de fin de semana’, pero al recibir el cariño del público, te das cuenta de que todo vale la pena.
¿Algo cambiará para este año?
Voy a seguir con este ritmo y desde marzo espero volver al horario estelar.
¿Con Yo me llamo?
El proyecto aún es una incógnita. Me motivo pensando que este es mi momento, aunque tenga que postergar cosas como ir al gimnasio o empezar un masterado. Quisiera estudiar Educación Superior, como mi papá.
¿Has pensando en diversificar tu labor como periodista?
Hice periodismo digital en un diario local y me fue bien, pero comprobé que no puedo estar quieta. Me gustaría hacer radio en algún momento.
¿Y los noticiarios?
Desde niña quise presentar noticias, pero estando aquí veo que es más difícil de lo que parece. Todavía no es mi momento... si necesitaba madurar para hacer La Revista, necesito madurar mucho más para presentar noticiarios, y eso los años te lo dan. Quiero merecer mi asiento en el noticiario
Con los pies sobre la tierra. Comunicadora social de profesión, es hija de Ignacio Angus y Mitel Arza. Tiene dos hermanos, Maribel (17) y Jorge (10) y hace 6 años que enamora con Roberto Zicarelli
Adicta al trabajo
Además de presentar el sector de espectáculos de Telepaís, Anabel trabaja detrás de cámaras: redacta los sellos que aparecen en pantalla. También hizo notas para La Revista.
Va a estar presente en la cobertura del carnaval cruceño, pero antes viajará a Estados Unidos. Estará fuera de las pantallas desde el 18 de enero hasta el 10 de febrero.
Lleva 11 años trabajando en Unitel. “Otros medios me han hecho propuestas económicas más grandes, pero uno no deja a sus papás así nomás”, dice convencida.
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