Debuta en radio con el espacio ‘Periodismo social’, en Compañera 106.3 FM, a partir de las 15.30. La presentadora se siente comprometida a hacer un trabajo más social.
— ¿En qué consiste el mensaje ‘Periodismo social’?
— Quiero llevar mensajes claros, contundentes y educativos. Es un periodismo humanista. Estaré con Juan Carlos Monroy en el programa En compañía. Quiero que la gente haga el programa, que me mande sus historias de vida, quiero desnudar y descubrir a las personas. Quiero dibujar y formar a gente que, al mismo tiempo, me ayudará a mejorar.
— ¿Cómo se siente en la radio?
— Estoy entusiasmada, es algo nuevo para mí y quiero hacerlo. Es un campo nuevo y sé que va a ir creciendo poco a poco. Voy a hacer entrevistas, a estar atenta a las redes sociales. Va a ser también un espacio que siga a los líderes de opinión.
— ¿No extraña la televisión?
— Sí, la extraño y quien haya salido de ella y diga lo contrario está mintiendo (ríe). La Tv te seduce, pero si lo ves desde otro punto de vista, no me peino, no tengo que combinar la ropa, puedo usar zapatos planos y puedo ser más yo misma. Todo tiene su lado bueno y la radio me ayuda a descubrir un lado mío que no pude hacer en la televisión.
— ¿Por qué dejó la red Uno?
— Fueron varios los motivos, pero hay algo que me queda claro, aprendí demasiado en la red Uno. La oportunidad que me dio Karen Marañón en enero de 2005 se la agradezco. Hice excelentes amistades ahí, aprendí de todos mis compañeros, pero ahora quiero tomar la radio como un examen, para poder demostrar todo lo que he aprendido.
— No respondió mi pregunta: ¿por qué se fue de red Uno?
— No sé si me salí... yo prefiero quedarme siempre con lo mejor y, repito, agradezco la oportunidad.
— ¿Qué hizo durante estos seis meses que estuvo fuera de los medios?
— Me dediqué a un montón de cosas. Desarrollé proyectos municipales y departamentales sobre cómo combatir la violencia en la sociedad. Tengo proyectos comunicacionales en diferentes medios. También he estado en Pulidamente (...), que me complementa, y acabo de escribir en la revista Bolivian Bussines acerca del movimiento publicitario en la Tv en este primer semestre.
— ¿Le hizo bien salir de la Tv?
— Me ayudó a explotar mi creatividad, la que recién estoy desarrollando. Eso me puso muy contenta y me ayudó a buscar otras alternativas que hallé muy fácil, gracias a Dios.
— ¿Volverá a la Tv?
— Sí, lo haría. Recibí tres ofertas que no prosperaron. Extraño peinarme y ponerme tacos, pero si vuelvo, bien, y si no, ni modo. Haré en la radio lo que pretendo hacer en Tv u otros medios y seguiré siendo la Melisa que hace reír y que pone en jaque a los entrevistados con sus preguntas.
— ¿No bajó el tono de esa Melisa durante estos meses?
— No, pero he aprendido a ponerme en los zapatos del otro, del que entrevistas, y desde esa perspectiva apunto a un periodismo más amplio, más profundo, que devele la verdad, pero que sea capaz de entender al ser humano.
— ¿No le dijeron que era malcriada o irreverente por sus entrevistas?
— En lo absoluto, las personas a las que puse en jaque siempre me entendieron y son mis amigos, respetan lo que hago, me admiran y me escriben.
— ¿Cómo va la relación con Asbel Valenzuela?
— Vamos por el cuarto aniversario. Con él tienes dos opciones: ser feliz o ser muy feliz. Tenemos una relación libre, creativa, que está más lejos de la dictadura y más cerca de la democracia.
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— ¿En qué consiste el mensaje ‘Periodismo social’?
— Quiero llevar mensajes claros, contundentes y educativos. Es un periodismo humanista. Estaré con Juan Carlos Monroy en el programa En compañía. Quiero que la gente haga el programa, que me mande sus historias de vida, quiero desnudar y descubrir a las personas. Quiero dibujar y formar a gente que, al mismo tiempo, me ayudará a mejorar.
— ¿Cómo se siente en la radio?
— Estoy entusiasmada, es algo nuevo para mí y quiero hacerlo. Es un campo nuevo y sé que va a ir creciendo poco a poco. Voy a hacer entrevistas, a estar atenta a las redes sociales. Va a ser también un espacio que siga a los líderes de opinión.
— ¿No extraña la televisión?
— Sí, la extraño y quien haya salido de ella y diga lo contrario está mintiendo (ríe). La Tv te seduce, pero si lo ves desde otro punto de vista, no me peino, no tengo que combinar la ropa, puedo usar zapatos planos y puedo ser más yo misma. Todo tiene su lado bueno y la radio me ayuda a descubrir un lado mío que no pude hacer en la televisión.
— ¿Por qué dejó la red Uno?
— Fueron varios los motivos, pero hay algo que me queda claro, aprendí demasiado en la red Uno. La oportunidad que me dio Karen Marañón en enero de 2005 se la agradezco. Hice excelentes amistades ahí, aprendí de todos mis compañeros, pero ahora quiero tomar la radio como un examen, para poder demostrar todo lo que he aprendido.
— No respondió mi pregunta: ¿por qué se fue de red Uno?
— No sé si me salí... yo prefiero quedarme siempre con lo mejor y, repito, agradezco la oportunidad.
— ¿Qué hizo durante estos seis meses que estuvo fuera de los medios?
— Me dediqué a un montón de cosas. Desarrollé proyectos municipales y departamentales sobre cómo combatir la violencia en la sociedad. Tengo proyectos comunicacionales en diferentes medios. También he estado en Pulidamente (...), que me complementa, y acabo de escribir en la revista Bolivian Bussines acerca del movimiento publicitario en la Tv en este primer semestre.
— ¿Le hizo bien salir de la Tv?
— Me ayudó a explotar mi creatividad, la que recién estoy desarrollando. Eso me puso muy contenta y me ayudó a buscar otras alternativas que hallé muy fácil, gracias a Dios.
— ¿Volverá a la Tv?
— Sí, lo haría. Recibí tres ofertas que no prosperaron. Extraño peinarme y ponerme tacos, pero si vuelvo, bien, y si no, ni modo. Haré en la radio lo que pretendo hacer en Tv u otros medios y seguiré siendo la Melisa que hace reír y que pone en jaque a los entrevistados con sus preguntas.
— ¿No bajó el tono de esa Melisa durante estos meses?
— No, pero he aprendido a ponerme en los zapatos del otro, del que entrevistas, y desde esa perspectiva apunto a un periodismo más amplio, más profundo, que devele la verdad, pero que sea capaz de entender al ser humano.
— ¿No le dijeron que era malcriada o irreverente por sus entrevistas?
— En lo absoluto, las personas a las que puse en jaque siempre me entendieron y son mis amigos, respetan lo que hago, me admiran y me escriben.
— ¿Cómo va la relación con Asbel Valenzuela?
— Vamos por el cuarto aniversario. Con él tienes dos opciones: ser feliz o ser muy feliz. Tenemos una relación libre, creativa, que está más lejos de la dictadura y más cerca de la democracia.
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