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Jimena frente al espejo

Vista desde todos sus ángulos gracias al espejo frente al que coloca a sus invitados del programa No mentirás, María Jimena Antelo Telchi resulta muy humana.

¡Vaya sorpresa! Claro que la presentadora es de carne y hueso, pero su belleza y perfección, o su postura y entonación, metódicamente preparados para cuando se prendan los reflectores, ahora tienen otro cariz.

Sigue siendo bella, en ello pone mucho empeño y lo reconoce sin reparos, pero esta vez intenta estar relajada.

Su vestido blanco al cuerpo la tiene un tanto insegura, no le gusta que le marque tanto la figura y confiesa que lo está estrenando para las fotos y que jamás se lo pondrá para salir a la calle.

El reflejo que le devuelve el espejo la anima a soltarse más frente al lente, le gusta lo que ve. “Ya veo arrugas, los defectos en la piel de una mujer de 43 años, noto cosas que no tienen vuelta atrás, pero también me veo bien para la edad que tengo”, dirá después.

La entrevistadora se puso en el lugar de sus entrevistados, frente al mismo espejo que ha hecho confesarse a autoridades de Gobierno, personalidades de la farándula y de los deportes. Su vida no es un libro abierto, sus cosas íntimas son precisamente eso, detalles que se guarda para sí misma y para su círculo de allegados que la conocen bien y en quienes confía.

Aun así Jimena aceptó el reto de confesarse y verse al espejo, accedió en todo, pero hay cosas que siguen siendo irrenunciables, como ver cómo están saliendo sus fotos, elegir las que serán publicadas y asegurarse de que la edición esté a su gusto porque se reconoce como la persona más crítica de sí misma.

También es superorganizada, acepta la cita, la confirma, llega puntual y cumple con lo acordado. Tiene listas tres mudadas de ropa, con los colores y los diseños que ya sabe que le sientan bien. Nada parece escapársele.

Una maquilladora y peinadora la asiste en cada cambio de ropa, una vez concluida la sesión se pacta una nueva cita para contestar más preguntas porque el tiempo pasó volando.

Esta vez ya no está tan ‘producida’, claro, no sale a la calle con todo el maquillaje que requieren las cámaras. Ahora sus ojos lucen más pequeños sin la sombra y el delineador, y su mirada ya no es tan seductora, sino más bien dulce. Su rostro sigue siendo fino, pero más parecido al de una persona real, con los afanes propios de una mujer que es madre, hija, trabajadora y amante.

Con o sin maquillaje sus ojos son los mismos que consiguieron la entrevista con un temible homicida que mató a su novia, la cortó en pedacitos y la metió en el congelador. “El abogado me dijo que su cliente había decidido darme la entrevista a mí por mis ‘ojitos’”, contó cuando tocó hablar de periodismo.
No hay dudas, es de carne y hueso, tan humana que hasta ahora le duele no haber podido criar a sus hijos dentro de los parámetros de un hogar con papá y mamá juntos.

Está lejos de ser una deidad del Olimpo, un padecimiento mundano la torna vulnerable varias veces al año. Sí, la figura de TV, a la que muchas mujeres envidian, tiene una rara condición que hace que se lesionen sus músculos, ligamentos y tendones; aunque no lo demuestre, parada al otro lado de la pantalla, arriba de sus zapatos de tacón y con el semblante risueño.

No es perfecta, ella misma lo reconoce: “Tengo caderas gruesas, sé que mis piernas nunca van a poder ser delgadas, acepto que tengo celulitis y no me comparo con una modelo, ni con una miss, me acepto como soy. Por supuesto que lucho para no engordar, para que mi piel esté mejor, para intentar endurar, pero me quiero”.

Tal vez por eso no se pesa nunca, sabe si subió o bajó de peso cuando su ropa así se lo dice. Mientras tanto es feliz porque está entera y porque trabaja.

Y para los que creían que una mujer tan atractiva como ella ha tenido muchos hombres en su vida, aquí viene el baldazo de agua fría: solo ha tenido tres.

“Me casé a los 16 años -Fernando fue mi cortejo desde los 15-, me divorcié cuando tenía 19, me casé con Diego a los 22, pero fuimos cortejos dos años y medio antes y salí de Diego y casi al año empecé con José... mi vida-amorosa- ha sido muy corta”, lo confiesa y se siente afortunada porque ha conseguido lo que pocas, llevarse bien con sus ‘ex’, al punto de que en los cumpleaños de sus hijos reúne en un mismo lugar a Fernando Elío, Diego Ascarrunz y José Pomacusi y, por si fuera poco, ¡se llevan bien entre ellos!

Sin ensayos previos, contó cómo vive y cómo siente la presentadora de uno de los programas de entrevistas más vistos. Se mira al espejo, recuerda los aspectos que más la marcaron en la vida y habla.

Redes sociales
“Si me tengo que trasladar a algún lado, me gustaría hacerlo al país del Facebook porque ahí todo es bello, precioso, divino y hermoso”, la frase no es suya, pero la dice para remarcar que esa red social, con la que más interactúa, no la describe en absoluto.
Su Facebook dice que tiene más de 600 amigos, ¿siente que es así realmente?

En Facebook uno tiene conocidos, amigos tengo unos cuantos, pero intento que a todas las personas que tengo agregadas las haya conocido de una u otra manera, ya sea por contacto laboral o personas que alguna vez entrevisté, con las cuales he tenido trato en algún momento de mis 43 años. Creo que conozco a todos, eso no quiere decir que sean mis amigos.

Los datos que tiene ahí no son muchos, hay información escueta sobre usted, lo que puede significar que no cualquiera puede tener acceso a su vida personalísima... por ejemplo, no está su estado civil...

No creo que Facebook sea un reflejo de mi vida, simplemente es una red social. Los que me conocen saben que estoy en pareja con José Pomacusi hace varios años (cuatro para ser exactos). No necesito escribirlo ni tener un anillo para demostrarlo.

En el ‘face’ intento poner cosas bonitas, cosas personales que se pueden mostrar; en el Twitter -ni me preguntés cuántos seguidores tengo porque no lo sé- pongo cosas de trabajo, nada personal. Instalé mi Periscope y subo poquísimos videos porque tampoco tengo tiempo. A donde entro más es a Facebook, y a Twitter intento subir algo todos los días.

Tenemos la producción de dos programas, uno por la mañana (Fama, poder y ganas), y otro por la noche (No mentirás), esta es una empresa propia, entonces tengo que ver cosas de personal, aspectos contables, de ventas... quisiera tener más tiempo para las redes sociales; sinceramente no me había dado cuenta de eso del estado civil.

Juntos, pero no revueltos
En la más reciente entrevista que concedió, que data de agosto, dijo que tenía a su lado al hombre que ama, pero esta vez habló de amor sin incomodidades, muy natural y con la seguridad de alguien que se sabe dueña y señora del corazón del otro, aunque reconoció que el romántico José Pomacusi ya no le escribe poemas con la misma frecuencia de antes.

_De agosto a esta parte, ¿los sentimientos siguen intactos?
Sí. Con José tenemos una relación estable, no es una relación de jovencitos, es una relación que, como todas, no es una taza de leche porque yo soy una mujer real y él es un hombre real. Estamos bien, estables, como una pareja serena, madura.

_¿Cómo se llevan con los respectivos hijos de cada uno?
Con los chicos muy bien, él tiene tres hijos, yo tengo dos, todos juntos pero no revueltos. Cada uno vive en su casa, estamos en pareja, pero no vivimos bajo el mismo techo. Cada uno tiene su espacio, como cortejos (risas).

_¿Han llegado a salir juntos los siete?
Nunca. Con Dieguito es más fácil porque vive conmigo, pero Fernandito vivió muchos años fuera del país, llegó y a los ‘mesesingos’ se casó, entonces congeniar agendas con todos no es fácil... la hija mayor de José vive en La Paz y los otros dos aquí.

_¿Están tan cómodos así que así van a quedarse? ¿Han pensado en vivir juntos?
Lo hemos charlado, hemos pensado todas las alternativas, incluso una vez teníamos más o menos todo listo entre nosotros, pero ambos tenemos dos divorcios, ambos tenemos hijos, así estamos bien ahora. No sé si de aquí a un año o dos vamos a decidir casarnos o vivir juntos, pero ahora esta fórmula funciona.

Ambos hemos tenido dos fracasos matrimoniales, porque un divorcio es un fracaso, así lo veo yo. Luchamos para que salgan adelante nuestros matrimonios, no se pudo y ahora nuestra relación está bien tal como está, cada uno vive su vida, estamos juntos, viajamos, trabajamos juntos, pero después cada uno está en su espacio.
Una condición especial
Jimena ha viajado mucho, algunas veces por trabajo, otras tantas en pareja y también lo ha hecho por salud...

_¿Se ha llevado sustos en lo que toca a su salud?
He ido mucho al médico fuera del país, tengo una enfermedad con la cual tengo que vivir. Tiene que ver con mis tendones, ligamentos y músculos que se lastiman, he tenido que aprender a vivir con eso. Ahora solo puedo hacer ejercicios en piscina, y aun así me lastimo, y así llevo años, pero no es algo de lo que quiera entrar en detalles.

No es por meter el dedo en la llaga, pero con su testimonio muchas personas con su misma condición pueden darse cuenta de que sí se puede. ¿Se anima a dar más detalles?, solo si está de acuerdo, si no, obviemos la pregunta...

Mi problema no es muy común, he ido a Chile y a Brasil. Lo que tengo es una hermana de la artritis, pero sé que puedo vivir con ello; me han operado cuatro veces las rodillas, una vez el hombro, he tenido diez esguinces... Vivo, me deprimo, pero salgo adelante.

A veces me enojo conmigo misma -he aprendido a no enojarme con Dios-, pero después veo al prójimo, a otras personas con problemas más graves... Uno se puede levantar, eso lo aprendí desde que tuve 15 años. Además, lo que tengo no es mortal, es un problema con el cual se puede vivir.

Puedo estar parada, tengo dos brazos, tengo dos piernas, puedo seguir trabajando. Me ha tocado trabajar con dolor, recién operada, pero gracias a este trabajo puedo salir adelante y mantengo a mi familia, además amo este trabajo, considero que soy dichosa porque puedo trabajar en lo que me gusta.

El oficio de periodismo
Su pareja actual fue mucho antes su jefe y la puso ocho horas a plantarse fuera de la cárcel de Palmasola para conseguir una exclusiva...
Dicen que su pareja es terrible como jefe, ¿lo fue con usted alguna vez?
(Risas) No es que sea terrible como jefe, es muy exigente, yo aprendí con él a que no existen los ‘no puedo’ y no existen los horarios.

Trabajando con él me he ido a ‘plantonear’ fuera de la cárcel ocho horas y al otro día otras seis para lograr una nota... José te enseñaba a que si no lo lograbas, ese día era un fracaso, te lo metía en la cabeza, no te maltrataba ni te hacía un ‘memo’, uno mismo se lo creía. En esa época la televisión era muy peleada, más o menos estabas haciendo tu entrevista y venía otro y te quitaba tu entrevistado en vivo, ahora la televisión está mucho más tranquila.

_¿Cuál entrevistado se la puso más difícil?
Cada entrevista es distinta… me ha tocado hacer entrevistas con miedo como cuando fui una vez a la cárcel y entrevisté a un asesino o cuando hice la entrevista a Chávez, fue muy tensa porque antes me encerraron en un cuarto ocho horas y dos veces vinieron los perros a revisar.

Cuando me tocó con Chávez era muy inexperta, no sabía a lo que me iba a enfrentar, me salió bien, hice la entrevista que nadie tuvo acá, pero me costó mucho.

Cuando estás afuera es cuando te cuesta mucho más porque ¡afuera sos nadie! Sos un ‘X’ que quiere una entrevista y te toca rogar, pedir, pelear, esperar... esas entrevistas son las más desafiantes, ya no te podés valer por tu nombre ni por tu trayectoria.

_El top 3 de Jimena Antelo
Se le pidió que enumere su top ‘three’ de lo mejor y lo peor que le ha pasado. Como la mayoría, empezó por lo mejor y entre lo menos gratificante solo se quedó con un aspecto que espera no haya marcado a sus hijos.

_¿Cuáles son las tres mejores cosas que le han pasado?
Primero, vivir con mi familia, mis hijos. Y eso tiene que ver con lo segundo, que es que si bien me embaracé a los 16, mi hijo Fernando fue el motor para salir adelante, me metí en la cabeza que no me iba a quedar estancada.

Tercero, es estar enamorada a esta edad, estar con el hombre que amo no es fácil. Si bien no soy vieja, tampoco soy ‘peladita’, tener una buena relación a esta edad es hermoso.
La entrevista más tensa de su vida Así la calificó Jimena, cuando consiguió una exclusiva con el desaparecido Hugo Chávez en Venezuela. Reconoció también que a comparación de ahora era un tanto inexperta.

¿Y las tres peores?
Algo que me pesa es no haber podido dar a mis hijos una familia unida. Me refiero a que mis hijos no han vivido ambos con su papá. No me arrepiento de nada de lo que hice, creo que todo lo que me ha pasado ha sido por algo, pero sí, es lo único que me da pena y no quiero que crezcan y que piensen que los matrimonios no funcionan.

No quiero que ellos se fijen en mí, yo sí creo que los matrimonios de ellos pueden funcionar, rezo para que tengan un matrimonio que dure toda la vida.

No haber podido darles a mis hijos un ejemplo de padre y madre juntos, eso me va a preocupar toda la vida.

_Violencia contra la mujer
A menudo debe dar noticias sobre mujeres golpeadas, abusadas y asesinadas por sus parejas. Muy al estilo de sus entrevistas, le preguntamos: ¿Qué le provoca esto? Para ella es importante que las mujeres dejen de creer que recibir golpes es normal.

“La mujer puede sola, sin necesidad de aguantar a su verdugo. Me molesta ver a las mujeres que salen a defender a sus parejas y es que las tienen tan disminuidas y se creen tan poca cosa, por eso hay que estudiar, ser profesional, ganar su dinero para ser independiente y para que podamos tener un trato igualitario hombre y mujer, cada uno con sus tareas y con sus derechos.

La entrevista transcurrió mientras se arreglaba para otro programa nocturno. Acabó porque las cámaras de TV ya se prendieron y toca dejar que el ‘soberano’ disfrute de dos horas con Jimena en la intimidad de su hogar y ella lo hace de nuevo, vuelve a lucir impecable

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