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Oriana Arredondo: ‘Es lindo sentir cariño, que sean seguidores sin ninguna razón’



— ¿Hace cuánto que hace programas infantojuveniles? Cuéntenos esa experiencia

— Estoy en la televisión hace 15 años, inicié a mis 10 años. Fue una experiencia súper linda porque crecí en las pantallas y es algo que disfruté siempre. El día que no esté en televisión no sé qué será de mí. Obviamente tendría que proyectarme en otra actividad, pero actualmente amo lo que hago.

— ¿Cuál es su formación?

— Estudié Relaciones Públicas, soy licenciada. Elegí esta profesión porque es una carrera joven en Bolivia y creo que puede dar frutos, además está muy relacionada con la comunicación y tiene mucho que ver con lo que amo, que es la televisión.

— ¿Qué programas hizo?

— Comencé en Unitel con Chispitas, Unitoons y luego Chicostation. Luego me fui a la red Uno donde me dieron una oportunidad en El mañanero de probar otro tipo de formato. Me arriesgué, lo hice súper bien y me invitaron a conducir Bigote.

— Se fue de las pantallas un tiempo, ¿por qué?

— Fue justo con el cierre de Chicostation, estuve como ocho meses sin salir en pantalla. Para mí fue una época productiva pues estaba haciendo mis prácticas guiadas para la universidad y me tocó estar en una oficina de marketing. Fue una experiencia muy bonita, pero soy una inquieta y esos horarios de oficina no van conmigo, y eso me ayudó a reafirmar lo que realmente quiero hacer.

— ¿Programas para niños, qué es lo que más le gusta?

— Es lindo y gratificante sentir el cariño constante, que te abracen, te apapachen y sean tus seguidores sin una razón. Ese cariño sincero te muestran no solo los niños, sino familias enteras que están pendientes del programa. Me siento bendecida.

— ¿Cómo se proyecta a futuro?

— Tengo muchos sueños, formarme como actriz —tengo un lado histriónico—, me veo haciendo cine no sé si en Europa, Estados Unidos o México.

— ¿Y fuera de las pantallas?

— Ahora estoy enfocada en el Bailando por un sueño (el reality show de red Uno), el baile es otra cosa que me fascina. Soy muy de hogar, vivo con mis padres y mis hermanas, somos cinco. Hablo mucho con mi mamá pues mi papá vive en Potosí, pero siempre tenemos una linda comunicación.

— ¿Se ve con hijos a futuro?

— De acá a unos diez años me veo como una mujer realizada con tres niños (ríe), aunque es difícil y lo sé porque mi mamá nos crío a las cinco con mucho esfuerzo y sacrificio. Para mí, tres hijos me parecen suficientes, dos mujercitas y un varoncito.

— ¿El corazón de Oriana tiene dueño?

— Todavía no. Hace poco terminé una relación por cuestión de tiempos y horarios. Así que ahora estoy sola, pero este año arranqué con todas las ganas de crecer profesionalmente y estoy enfocada en ello. He dejado un poquito de lado los temas del corazón.

— ¿Cómo logra tener tanta empatía con los niños?

— Soy la mayor de mis hermanas, ellas tienen 24, 19, 18 y 14 años, ahorita hay muchas adolecentes en mi casa pero tengo una excelente relación con ellas a pesar de que algunas veces existen peleas típicas de mujeres, que se ponen mi ropa o mis zapatos. Creo que es parte de ser la hermana mayor pero mi relación con ellas me ayudó a conocer más de cerca a los niños.

— ¿Qué le abrió las puertas de la televisión tan jovencita?

— Nací en Venezuela y cuando vivía allá miraba El club de los tigritos, le tenía fascinación, quería bailar y cantar y cuando llegamos a Bolivia, a mis seis años, yo quería hacer algo parecido, me metí a unas clases de baile, quería se modelo y un casting me llevó a Unitel.


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